El budín de limón de Starbucks es un clásico adorado por todos. Dulce y ácido a la vez, compacto y suave, lleno de sabor y el acompañamiento ideal de la merienda.
No es fácil imitarlo, y después de probar muchas recetas que aseguraban ser el perfecto, esta resultó ser de mis favoritas.
Cuantas recetas de budín de limón hay?
Budines de limón debe haber tantos como hornos prendidos en este momento. Es un clásico simple y de sabores sutiles, que acompaña bien cualquier infusión, y que generalmente sale o sale.
Sirve tanto para invitar a tomar el té, llevar a la casa de alguien, compartir con familia o amigos, ser parte de una mesa dulce, tenerlo en el freezer para meriendas improvisadas, tenerlo listo para las viandas escolares... Es tan versátil y práctico que su popularidad es indudable.
Esta es una versión más para el amplio repertorio que significa el término "budín de limón".
Que hace a este budín de Starbucks diferente?
Un budín básico es harina, leudantes, azúcar, huevos y materia grasa. Este budín en particular, para que sea una masa compacta y húmeda lo más similar al de la confitería posible, lleva una mezcla de manteca y aceite y queso crema.
La miga es bien firme, pero llena de sabor y suavidad.
Además lleva abundante y espeso glaseado, una característica fundamental del budín de confitería.
Secretos para el budín perfecto
No batan de más las masas de los budines, alcanza con que todo este bien integrado. Apenas dejan de ver rastros de harina y la preparación es uniforme, se pasa a la budinera bien enmantecada y enharinada o cubierta con papel manteca, se intenta marcar el medio del budín con una espátula o cuchillo, y derecho al horno precalentado medio hasta que esté listo. Hay quienes colocan un hilo de manteca en la marca del centro para que se marque más la rotura. A mi no me funcionó esta técnica.
Una vez frío, se baña con un glasé bien espeso, no importa que parezca que no va a cubrir, esparciéndolo un poco con la espátula y dejándolo descansar mientras seca, el glasé va a seguir cayendo a los lados.
Si lo hacen de un día para el otro los sabores se intensifican más, y el glasé queda perfectamente firme.
Entrada publicada originalmente el 8 de enero de 2013. La receta está actualizada y mejorada, al igual que las fotos.
Recetas de budines de limón hay miles, acá les dejo otras que pueden probar
Finalmente acá estoy, por sentarme de una vez a poner orden a las 12 votaciones de estos 6 cheesecakes maravillosos que testeamos para buscar un favorito.
¿Cómo elegí las recetas?
Empecé por seleccionar recetas que tuvieran diferencias sustanciales en materia de ingredientes, cantidades y métodos. El uso de crema, la cocción, algún ingrediente fuera de lo común y la cantidad de queso para el mismo molde.
Tuve un poco de ayuda Instagram, donde me sugirieron algunas recetas que valió la pena investigar.
Todas las recetas que seleccioné tienen la misma base de queso crema, azúcar y huevos. Algunas agregan limón, otras vainilla. Y después también hay crema, harina y leche según la preparación.
Con respecto a las masas todas tienen la misma base de galletitas molidas y manteca derretida. Hay diferentes proporciones, y algunas que van al horno y otras a la heladera.
Aunque no soy fan, incluí una receta a baño María, a ver que opinaba el público.
Por último, intenté seleccionar recetas con distinta relación base/relleno en su versión original, ya que suelo adaptar todas las recetas de cheesecake que preparo a mi propio gusto en este sentido.
Ingredientes
Queso crema: lo mejor es usar el queso crema más firme y seco que consigan. Suelen recomendar Finlandia y Patagonia. Pero en este sentido debo confesar que suelo hacer cheesecake con cualquier marca de queso crema, y siempre obtengo resultados similares. Para este bake off usé el queso crema Santa Clara, que tiene la firmeza y cremosidad perfecta para este tipo de preparaciones.
Huevos: un mismo maple, seleccionando los tamaños similares para utilizar en el bake off.
Azúcar: mismo paquete para todos los cheesecakes.
Crema de leche: compré 2 cremas de la misma marca el mismo día, y usé esas para los casos que lo necesitaba.
Galletitas molidas: siempre uso Okebon, Maná o Vocación, las elijo según el precio. Para este caso usé Okebon leche.
Manteca y otros ingredientes menores: siempre hay ingredientes de repostería en casa, y usé de mis tarros.
En el siguiente gráfico quise mostrar la proporción de los ingredientes principales de cualquier cheesecake (queso, azúcar,crema y huevos) en cada uno de los casos elegidos. Esto puede ayudar a interpretar un poco mejor los resultados.
Metodología
14 participantes, varones y mujeres de 6 a 80 años, que testearon una pequeña porción de cada una de las 6 tortas. Todos los cheesecakes fueron presentados en su versión original, sin salsa ni dulces como topping para no interferir en el sabor y cremosidad de la torta en sí.
Cada participante recibió las 6 porciones numeradas, y un set de preguntas para responder del 1 al 10 sobre cada preparación. También se pidieron conclusiones y sensaciones finales sobre cada torta como un todo.
El ranking del 1 al 10 fue sobre los siguientes items: sabor, textura, relación base/relleno y el cheesecake como un todo.
Todos los cheesecakes fueron preparados en un lapso de 2 días y freezados hasta el momento de la degustación. Para hacer todas tortas del mismo tamaño, usé un mismo molde para todas las preparaciones, convirtiendo las cantidades con el cálculo de superficie de la receta original y el molde en cuestión.
El día de la prueba, todos las tortas fueron pasadas del freezer a la heladera en la mañana y degustadas por la noche.
Resultados
Estos resultados reflejan los cheesecakes que yo hice. Siempre algo puede fallar, aunque seamos expertos y hagamos la receta al pie de la letra, sobre todo cocinando en casa.
Igualmente, las diferencias en puntaje fueron tan ínfimas, que en este bake off más que nunca les digo que todas las recetas en sí mismas son ganadoras y pueden pasar a formar parte de su repertorio.
En los siguientes cuadros les comparto el promedio de las 4 preguntas según los 14 participantes, y el promedio general de esas preguntas sobre los 6 cheesecakes.
La única receta a baño María, que no influyó tanto en su puntaje con respecto a la textura, pero sí en su resultado como un todo, haciéndola la ganadora.
Gran cantidad de queso, de hecho la receta que más queso tiene, y un toque de vainilla que lo endulza suavemente. Tiene una base promedio en cuanto a cantidad, que lleva unos minutos de horno previo a la cocción total. Un cheesecake espectacular, aunque sigo con mis dudas respecto a si vale la pena o no el baño María.
Algunos encontraron que tenía más base de la preferida (un SÍ para mi), lo cual la hacía un poco dura, sobre todo en comparación con lo suave que encontraron la preparación. Sutil gusto a queso con el dulzor justo.
Proporciones muy repetidas entre varias de las recetas sugeridas por el público, que evidentemente dan un muy buen cheesecake, ya que su textura fue aclamada. Usa huevos y yema, y un toque de limón y vainilla.
Los participantes opinaron que les pareció muy alimonado, pero muy suave y cremoso, con buena relación de base/relleno, pero con descanso en heladera en lugar de horno, que la hace un poco más blanda y húmeda.
Un clásico de clásicos. Un cheesecake indiscutido en el libro de la practicidad y resultados impecables, casi idéntico al básico de la cajita del Philadelphia. Cheesecake de queso crema, sin demasiadas vueltas.
Tiene el inconfundible agregado de limón, y una base de buena relación, aunque va sin horno, que en mi libro resta puntos.
En lineas generales, todos los participantes acordaron que tiene muy buena textura, suave y un poco blando, con buena relación con la base. A algunos, a pesar de encontrarlo muy alimonado, les pareció muy dulce.
Ahí apenas detrás, el más básico e infalible de los cheesecakes con un 7,5 de promedio.
Otro cheesecake con incorporación de yema, sin ningún saborizante y más harina del promedio (de los cheesecakes que usan harina).
Poca base, aunque crocante, ya que lleva horno (un paso fundamental en mis cheesecakes), esponjoso pero sólido a la vez, a varios les pareció la mejor opción.
Un cheesecake que tengo publicado hace rato en el blog, delicioso cada vez que lo preparo, pero no una receta de cabecera.
La incorporación de crema batida solo agrega un paso extra que no genera mayores diferencias en la textura de otras preparaciones con crema. Lleva vainilla y limón, y bastante base, como me gusta a mí.
Los participantes opinaron que era cremoso y alimonado, suave el relleno y crocante la base.
Quizás no es el mejor cheesecake de los publicados en este blog, con un 7,1.
Un cheesecake bien diferente de los que suelo preparar, pero con resultados muy similares: mucho más proporción de huevos que cualquier otra receta, crema y leche además del queso, y bastante harina, además de limón y vainilla. La base va sin horno.
A este cheesecake, la mayoría lo encontró suave y dulce, aunque muy líquido y esponjoso (a diferencia de los cheesecakes más cremosos y compactos). Poca masa y mucho limón.
El más diferente en cuanto a ingredientes, un 7 final.
Conclusiones
A pesar de no ser fanática del cheesecake (al día de hoy es un postre que no pediría en un restaurante), me animé a hacer este bake off ya que todo el mundo parece adorar un rico cheesecake. Y así fue, todos los participantes alabaron todas las recetas, encontrando muy difícil ranquearlas ya que todas estaban muy ricas.
Intenté elegir recetas bien diferentes en cuanto a cantidades de los ingredientes, pero sorprendentemente las conclusiones fueron muy similares para todos los casos, y cualquiera podría transformarse en un favorito. Aunque ninguna preparación superó un puntaje medio, yo creo que es por la torta en cuestión: el cheesecake puede ser muy rico, y una opción segura a la hora de elegir (este bake off me lo confirma, todas las recetas son buenas), pero no es una torta que arranque suspiros.
Hoy el blog cumple 14 años! 14 años de recetas, de festejos, de pruebas, de retos, de abandonos y retomadas. En estos 14 años aprendí algo fundamental: si no subo las recetas que hago al blog, a la larga las pruebas y anotaciones corregidas de las preparaciones que me gustaron, las termino perdiendo!
Así que esta sigue siendo la mejor manera de conservar y tener siempre a mano mi cuaderno de recetas. El buscador mejoró muchísimo en estos años, así que ni siquiera necesito un índice para encontrar lo que busco.
Para celebrar este acontecimiento, quise mezclar 2 preparaciones favoritas de muchos: el key lime pie y el cheesecake. Y salió esta maravillosa key lime cheesecake inspirada en una de las tantas tortas de queso que probé en The Cheesecake Factory.
Primero, el cheesecake clásico
Tengo que confesar que esta no es una torta que elegiría como postre nunca. Dicho esto, con el pasar de los años, entendí que lo que más me disgustaba del cheesecake era su altura, demasiada crema en cada bocado.
Pero como es una favorita del 99% de las personas, terminé encontrando la torta perfecta para mí. Por eso van a ver que mis cheesecakes son más bajos que los regulares, prefiero menos crema de cheesecake, y una torta más equilibrada, por lo menos para mí.
Transformar un cheesecake en un key lime pie
Es una idea simple y maravillosa. La acidez dulce de la lima (aunque no sea una auténtica" key lime", sino una "limón sútil") es un toque delicioso para reversionar un clásico.
Porque en sí la preparación no es más que un básico cheesecake con el agregado de lima, y el resto lo hace la decoración, para que el conjunto grite "fresco verano!" por donde se lo mire.
Ahora sí, me dispongo a celebrar estos 14 años con una receta más guardada, antes que me la olvide :)
Comenzamos la cuenta regresiva, esa época del año donde pinterest, google y youtube no paran de darnos ideas maravillosas para compartir y hornear. La casa se llena de aromas y utensilios sucios por doquier. Pero eso no nos impide batir manteca y azúcar hasta el cansancio.
En este blog, a lo largo de los años, he publicado infinidad de recetas festivas. Algunas específicamente en esta época, otras que son fácilmente adaptables como postre o masita navideña. Hoy les traigo esta propuesta, que obviamente es válida en cualquier otro momento del año, pero nada grita más navidad que nueces y frutos secos. Así que les comparto estos deliciosos polvorones para que se luzcan en el brindis.
Que nueces usar
Para esta receta es válida cualquier nuez. A mí particularmente me gustan mucho las nueces pecan en las masitas, le dan un sabor único. Pero lo que tengan a mano va a estar bien. El truco es molerlas casi hasta harina, para que sea más sencillo armar los polvorones bicolor.
Ideales para hacer anticipadamente y regalar
Cuando hacemos este tipo de masitas secas, siempre se pueden guardar un par de semanas en latas o recipientes bien herméticos, o varios meses la masa cruda en el freezer. Al momento de armarlas, solo hay que bajarlas a la heladera y esperar que tomen consistencia maleable. Por eso este tipo de recetas es ideal para pensar anticipadamente y tener como alternativa no solo para compartir a la hora dulce, si no para armar bolsitas o cajitas y regalar a nuestros invitados. Un regalo delicioso e ideal para el desayuno del 25.
Ingredientes básicos, como cualquier rica galletita
Estas masitas llevan unos pocos ingredientes, y la fruta seca elegida. Por eso, es fundamental que estos pocos ingredientes sean de calidad. Sobre todo la manteca, que es el ingrediente principal de nuestros polvorones. Las nueces tostadas unos minutos antes de moler también cambian el sabor, haciéndolas mucho más deliciosas.
Hace un tiempo empecé editar viejos post, principalmente para mejorar las fotos.
Pero luego me di cuenta que editar los textos no era tan buena idea. Las recetas y las historias que cuento en cada post, son recuerdos de momentos y sabores.
Entonces decidí empezar a actualizar los post, conservando, chiquito y amontonado, el original. Para no perder esos recuerdos.
Acá va el primero, de esta deliciosa e ideal receta para compartir o regalar en las Fiestas.
Se llaman carmelitas, pero le podemos llamar cuadrados con "de todo".
Tienen avena, chocolate, nueces y dulce de leche. Creo que no les falta nada!
Son fáciles de cortar en cuadraditos y rinden un montón. También, en un lindo paquetito de papel de seda, es un buen regalo para el arbolito. Me encanta hacer (o a veces comprar) regalos comestibles. Mucho más lindo que un par de medias.
De paso, les cuento que esta receta es una de las 20 recetas que va a formar parte de mi nuevo ebook, a diferencia del anterior, esta vez son postres para una multitud.
Todas las preparaciones se hornear en un mismo molde de 20x30.
Son tortas y postres fácil de transportar y dividir en un montón de pociones. Justo para disfrutar en esta fin de año.
Pronto lanzo la preventa, y antes de Navidad les llega a su casilla de email.
Si no quieren perderse las novedades y avances, pueden suscribirse al blog y seguir mis historias de instagram.
Acá abajo queda el post original, y la receta para que prueben esta delicia.
Posteo original del 12 de diciembre de 2012
Finalmente llegó, ¡la época del año del verdadero intercambio de galletitas! Ilusionadísimas, con Kelly intentamos buscar la fecha menos complicada de diciembre, pero... ¿existe tal cosa? ¡Diciembre es un mes imposible!
Pasa demasiado rápido para todas las cosas que queremos hacer, toda la gente que queremos ver, todos los trámites pendientes del año, la compra de los regalos... todos los años saco la misma conclusión: hay que empezar a cerrar el año en noviembre. Pero en noviembre, ¿quien se acuerda?
Y así llega diciembre, con calor y 3 millones de cosas pendientes.
La edición navideña del Buenos Aires Cookie Club fue bien de diciembre: todas dijimos que sí, pero en el camino fueron quedando varias confirmadas... Éramos tantas, que necesitábamos un espacio importante, entonces elegimos la modalidad picnic, una linda tarde de domingo, bajo la sombra de un árbol, comiendo galletitas hasta reventar. Hasta se noshabía ocurrido fusionar el cookie swap con el cookie club.
Finalmente, fuimos 5 las que nos congregamos en las coordenadas pautadas: a las 3 de la tarde en la plaza enfrente al MNBA. La verdadera Plaza Francia.
Éramos pocas, pero teníamos galletitas para intercambiar entre 20! Así que felices de la vida nos llevamos montones de galletitas... obviamente a ninguna nos va a durar hasta Navidad, pero si para las meriendas previas. Así, en nuestro botín nos llevamos: chocolate chip cookies de Taylor, spekulatius de María José, galletitas de jengibre de Itsaso, bocaditos del famoso pecan pie de Kelly, y mis carmelitas: unos cuadraditos que apenas los vi dije: ¡ideales para el cookie club!