Como ya las había cocinado en casa, llegaron a temperatura ambiente. La mitad se las devoraron así, la otra mitad llegó a un costadito de la parrilla, y a pesar que son ricas a cualquier temperatura, calentitas y crocantes son mis preferidas!
Una idea fácil para tener lista en cualquier momento.
Se me ocurre que pueden formar parte de la mesa de verano de Navidad tranquilamente.
¿Qué dicen? ¿Es muy temprano para empezar a pensar en opciones navideñas? Yo por mi parte, voy a intentar este año empezar con un poco más de tiempo, ver bien que quiero hacer, y no llegar al 24 envolviendo paquetes en pantuflas!