Son los días ideales para mirar películas y comer cosas ricas. Obviamente fuera del horario laboral... y ojalá fuera de otra forma, pero los momentos bucólicos quedan para la merienda.
Así fue el cuarto día de lluvia en la ciudad. Buscando nuestro momento de relax y distracción, Amanda y yo decidimos inspeccionar su nuevo barrio en busca de delicias, y entonces nos topamos con esta maravilla: Les macarons de Paris.
Un local minúsculo, tranquilo, casi escondido, donde poder probar unos excelentes macarons fuera de casa.
Probamos unos cuantos sabores, algo calentito, unos pain au chocolat, y nos pusimos al día de la vida en Buenos Aires, y posibles futuros proyectos y encuentros.
A pesar de que no vivo enfrente, quedamos en que definitivamente nos vamos a hacer habitues de este lugar! Total, que mejor que caminar las 10 cuadras de regreso para no sentir tanta culpa después de un dulce atracón!
Y cambiando de tema, les cuento que sigo en la cocina y en la calle, pero esta es la altura del año donde todo cuesta el triple, inclusive actualizar el blog... no visito mis blogs amigos, no dejo comentarios...
Por ahora, les recomiendo un rico macaron!