Ahora el clima está muy caribeño, a pesar de estar muy lejos del Ecuador. Llueve con sol. Mucho.
El otro día me crucé en twitter con una foto de los primeros rayos de sol en NY, que decía: "spring is coming".
Y ahí caí. Se acerca el otoño. Pero como todavía no me acostumbro a estas nuevas estaciones tan intensas y cortas, confío en que va a hacer calor un tiempo más... Y si no hace calor, a quien le importa? El helado es bienvenido todo el año! Llueve, truene, granice o derrita!
Hablando del helado, siempre me pregunté porque el helado de vainilla es amarillo... ¿Acaso la vainilla es amarilla? ¿Y por que en otros lugares del mundo no es amarillo?
A la larga, asumí que es para diferenciarlo de la crema americana, que es blanca... No lo se... En definitiva, la vainilla no es amarilla, así que estaba muy intrigada en hacerlo en casa y ver de que color quedaba!
Me atreví a proponerme hacer esta receta sin máquina para helado, y a pesar de que es un proceso largo, el resultado final vale la pena! Y también vale la pena aprovechar el tiempo que nos quede de compras en cuotas, e invertir en una máquina... y así esperar el verano que viene recopilando recetas!
Aunque ya hay una buena colección para probar en la edición verano de Revista Jengibre.