A veces no nos damos cuenta que una comida habitual puede ser mucho más rica y disfrutable si la hacemos casera. Una cosa simple y con 3 ingredientes, sólo 3 que siempre están a mano, se transforma en una maravilla.
Seguramente muchos de ustedes deben haber tenido abuelas, bisabuelas, alguna tía, que se destacaba por preparar la pasta de los domingos. Empezar o el sábado o el domingo muy temprano a amasar fideos y hacer el estofado, que cuanto más hervía, mejor.
En mi familia mis abuelas no amasaban, se modernizaron antes de heredar esa tradición. Pero en las dos casas se comían los fideos de los domingos, comprados en la fabrica de pastas del barrio, y con un estofado (una de pollo, la otra de carne) que en mi vida volví a probar.
Y eran largas mesas, y grandes fuentes, mucho queso, y mucho pan para mojar la salsa, y unos pares de horas para terminar el festín.
Conozco varias personas que tienen como tradición amasar pasta. Y habiéndolo hecho y viendo que es tan fácil, no entiendo porque no lo hice antes.
Si tenes una
pastalinda, no podes no amasar fideos. Si estas por heredar una, no la pierdas de vista. Y si no tenes, ni vas a heredar, ni te la pensas comprar, arremangate, hace un poco de fuerza (nada del otro mundo, si yo puede, cualquiera puede!), y amasa fideos caseros, no te vas a arrepentir.