Ya pasó un tercio de octubre. No dejo de sorprenderme de la manera en que desapareció este año.
Y a medida que desaparece, llegan las fechas para recordar, cocinar y bloguear, como el día del dulce de leche.
Últimamente se ven cada vez más los postres presentados en frasquitos de yogurt de vidrio, como una manera simpática y eco friendly de darle nueva vida a lo que de otra forma tiraríamos.
Allá lejos y hace tiempo, cuando estos frasquitos eran
La Vascongada, o los devolvíamos al almacén como las botellas de gaseosa o los usábamos de floreros o porta velitas de noche.
Hoy se le encontró esta veta de ser los contenedores de postres en porciones individuales, que quedan con una presentación preciosa.
Así, retro como los frasquitos de yogurt y toda esta historia, es la música que estoy escuchando mientras escribo esto... es que internet tiene eso: una cosa te lleva a la otra. Estaba mirando
twitter y alguien puso que estaba escuchando un tema de los
Ramones, y ahí termine yo también!
Finalmente, para aprovechar un montón de estos frasquitos que no se devuelven más, y como floreros son demasiados, decidí hacer un postre en capas, con los ingredientes estrellas de cualquier dulce argentino: chocolate y dulce de leche. Además son dos recetas en una. Tranquilamente se puede comer la mousse sola en copas, y la torta húmeda de chocolate tibia con helado, por ejemplo.
Pero en este caso, hice un postre en el que hay que clavar la cuchara para encontrar una sorpresa chocolatosa en un montón de suave y cremoso mousse de dulce de leche. ¡Un manjar!
No se olviden de pasar en un par de días por el blog del
Día del Dulce de Leche para ver todas las demás recetas de este año.