Lo compro mi tía B., y me lo dio a mi a ver que podía hacer. Y lo aproveché para los 99 del abuelo... hoy ya estamos cerca de los 100.
Y luego del cumpleaños, la tarta y las fiestas, no encontré las fotos. Resulta que estaban en la memoria interna de la cámara, y no en la SD... buscando otras fotos que sabía que estaba allí, me crucé con esta tarta maravillosa.
En diciembre del año pasado, con el dulce y la consigna en mano, me acordé de la tarta Linzer, que generalmente es con dulce de frambuesas, pero como los arándanos son de la familia, me pareció que podía funcionar muy bien. Así que desempolve esta vieja receta austriaca, para aprovechar una dulce adquisición.