Esta receta está en mi libretita de recetas de esa época, la cual conservo con muchos otros recortes y anotaciones. Rápidamente se transformó en un clásico: ya para entonces eramos fans del chocolate y limón. La original eran galletitas linzer: una alfajorcito con un circulo más pequeño en la tapita superior para que se viera el relleno. Pero la receta se llamaba negritos.
Entonces en mi cabeza tenían que tener carita (lo mismo me pasaba con las clásicas sonrisas... Bagley, te avivaste 3 décadas después). Volviendo a esta receta, hace varios años, cuando los blogs estaban llenos de intercambios, swaps y cosas de ese estilo, participé del AIG, o Amigo Invisible Gastronómico. Y desde España recibí, entre otras cosas, el maravilloso cortante carita tantas veces imaginado en mis horneadas. Hoy por hoy, los venden en varios lados, y se puede encargar en impresión 3D con un simple googleo.
Este año, la genia de Blanca se despidió de nosotros los mortales, pero nos dejo millones de recetas y recuerdos imborrables. Esta sin duda, es una que siempre va a permanecer en mi recetario. Por nostalgia, y por tremendamente fácil. Tanto que una nena de 10/12 años la podía hacer sola, con la única ayuda de manipular el horno. Por eso es de mis preferidas, las pueden hacer grandes y chicos, y todos las disfrutan por igual!
Receta publicada originalmente en Las recetas de Blanca Cotta y en este blog, el 23 de septiembre de 2011.
Otras deliciosas galletitas rellenas:
Galletitas bicolor
Galletitas de dulce de leche
Galletitas de limón y polenta
Galletitas Milano
Galletitas de lima y polenta