domingo, 30 de septiembre de 2012

budín de lima dulce y yogur | oh happy plates!

Primero vi esta receta en Cook & Spoon, Pilar me llevó a Smitten Kitchen, y ahí termine de decidirme.


Era la receta ideal para preparar en poco tiempo (como el que tengo últimamente), y así poder participar del segundo proyecto del grupo creado por Aldy: Oh happy plates: citrus and props.


Aproveche el último fin de semana largo, y los mates del lunes se vieron más que bien acompañados!


Una receta fácil, rápida y muy versatil: lima, limón, lima dulce, pomelo, naranja, mandarina... creo que el próximo intento va a ser con maracuyá...


La lima dulce todavía no la puedo definir: es una naranja amarilla, que me crucé en mi verdulería amiga cuando salí espantada por el precio de la lima o limón sutil (adiós caipiroskas!).


Tiene el tamaño de una naranja, pero es amarilla y más ácida, pero no tan ácida como un limón, ideal para un budín. Super sabroso, aromático y esponjoso.


La mezcla se hace casi sin pensar, y en menos de una hora, tenemos algo rico, casero y tibio: preparen la tetera!



miércoles, 26 de septiembre de 2012

cocina express | pasta al telefono

En la última semana pase de ser una tía PANK a ser una PNK. Entre otras cosas.
Hace muchísimo que no publico, ni salgo de brunch, ni visito blogs amigos.


Por suerte, todavía me quedan algunas comidas fotografiadas, para cada tanto darme una vuelta, colgar una entrada, y ya que estamos, recordarles que el 11 de octubre es el día del dulce de leche, y cuantos más seamos publicando, ¡mejor!


Esta preparación no tiene ninguna ciencia: lo único diferente es que de casualidad conseguí estos mini tomatitos, y los use enteros esperando encontrar algún sabor particular... pero no, poco gusto a tomate... pero si viven en Buenos Aires, ya deben estar acostumbrados: además de la poca variedad de frutas y verduras, ninguna sabe como se espera...


A pesar de que ya empezó la primavera, amanecimos con una ola de frío, así que este plato es ideal para las últimas cenas invernales.

martes, 11 de septiembre de 2012

masitas spritz de vainilla y lavanda | buenos aires cookie club

Este fin de semana tuvimos la primera edición del Buenos Aires Cookie Club, evento surgido de 2 delirantes y grandes comedoras de galletitas: Kelly y yo.


Cuando encontré el blog de Kelly, lo primero que me llamo la atención fue su declarado fanatismo por los clubs; y a pesar de que por estas tierras no sea una cosa que se estile mucho, tengo que confesar que a mi también es algo que me gusta.


La posibilidad de conocer gente nueva, tener la "obligación" de hacer algo distinto y divertido, que seguramente de otra manera dilataríamos, o usaríamos la muletilla de "no tengo tiempo".


Juntarnos a charlar, disfrutar, conocer gente nueva... repito, casi "obligadamente", pero teniendo en cuenta que esta obligación es por disfrute, porque queremos, y porque la única manera de llevarlo a cabo en nuestras aceleradas agendas es formando parte del club, que nos convoca con día, horario y temática específica.

Randolph, New Hampshire - miércoles 11 de mayo de 2011, 12 del mediodía, unas vecinas se juntan a tejer
en su Club de Tejido de los miércoles... gran y envidiable tradición norteamericana

Así fue, que tímidamente desde el té de gastrobloggers, nos pusimos mail que va mail que viene a darle forma a este proyecto, y empezamos a invitar a nuestros conocidos, amantes de la comida o no...


Finalmente, el club tuvo mucha más repercusión de la la que esperábamos, fue una tarde llena de amigos nuevos y conocidos, un momento para charlar, intercambiar, y prepararnos para lo que se viene: el Buenos Aires Cookie Club edición navideña, evento que va a dar que hablar!


Acá pueden ver una de las galletitas que disfrutamos ese día, y la reseña del evento de Pau, de Bee my chef.
Y por este otro lado, más fotos (esta vez profesionales) del evento, cortesía de Beatrice.

viernes, 31 de agosto de 2012

empanadas de tomates para el mundo de la blogósfera

Hace un mes atrás, Aldy de Al dente gourmet, propuso otra manera de mantenernos conectados a pesar de las distancias. Armó el grupo Oh happy plates en pinterest, donde con un tema común poder compartir a fin de mes fotos y recetas.


El primer "invitado" fue el tomate. Oh happy plates group: let's play with tomatoes.
Si a veces visitamos blogs extranjeros, esos que viven en el paraíso de lo idílico, que van a granjas, que tienen ferias de productores locales a la vuelta de la esquina, y que hacen un culto a la comida fresca y de estación, nos podemos quedar maravillados de lo increíble que son los tomates, hasta le sentimos el gusto y aroma al tomate de verdad, ese que hace 20 años vendían en la verdulería, grande, redondo, colorado y jugoso...


El problema de esta ciudad es que no se consiguen más tomates así, hace mucho tiempo, y ya estamos acostumbrados: o tomate perita o tomate redondito... el cherry para ensaladas... y hasta ahí llega mi cuenta. De vez en cuando te cruzas con un tomate de quinta, con tomates más amarillos, más verdes, pero muy de vez en cuando...


Así que, como mi receta para el blog de Blanca Cotta llevaba tomates peritas, mi aporte a Oh happy plates son unos simples tomates comunes, para una receta express de Blanca reloaded por mí: la receta original, con una precocción de los tomates en una sartén doble fondo, con un chorrito de aceite de oliva, sal marina, un chorrito de vinagre de vino, un poquito de azúcar rubia y unas ramas de tomillo hasta que la piel se empieza a tostar y despegar... antes de que la parte carnosa del tomate se ablande, y voila, el sabor del tomate aparece de repente!


domingo, 26 de agosto de 2012

le blé | un clásico en chacarita

Le Blé hace años que está instalado como el bistro/boulangerie de moda en Chacarita.
Debido a los 2 workshops que hice en estos años en Roseti, tuve la oportunidad de conocer ambas sucursales (ahora está también en Palermo).


Es un lugar que tiene club de fans de lo más fieles, gente del barrio, u otros que se acercan hasta ahí sólo por la frescura de sus panes.


Antes de ir, estaba en mi lista de pendientes eternos, y al haber ido finalmente me convencí de que hay cosas que no valen la pena el traslado.


Ambos lugares son muy agradables, acogedores, muy bien puestos e invitan a entrar. Una vez adentro es más de lo mismo que encontramos en cualquiera de los 100 barrios porteños: panificación excelente, un par de buenos jugos/limonadas, algunos platos ricos y atención lentísima, mala y totalmente desorganizada. Creo que sin este ingrediente, los locales modernos fracasarían... Rarísimo, pero esta parece ser una característica a la que ya estamos acostumbrados, y nos sorprende cuando es lo contrario.


Definitivamente si andan por la zona es el lugar para ir, pero si están en la otra punta de la ciudad, no vale el viaje.