lunes, 21 de febrero de 2011

desayuno a la «mua» | casa mua palermo

El sábado fue día de brunch. Después de un año de arreglar juntarnos a tomar un café, finalmente se dió! Y sí, somos chicas muy ocupadas... y los días pasan, y los meses, y los años... y finalmente, nos pusimos de acuerdo!


Arreglamos para un brunch, pero el lugar que elegimos estaba... cerrado por vacaciones! Después de todo ese tiempo, esa era nuestra suerte!


Pero con tanta espera no podíamos bajar los brazos. Entonces optamos por lo seguro: abierto, lindo lugar, buena comida, y cerca de donde estábamos: casa mua.

lunes, 14 de febrero de 2011

whoopie pie: versión san valentín

El viernes fue el cumpleaños de S. Esto de que los cumpleaños caigan días de semana es un problema: no llego con la torta!


Decir que C.A.I. le preparo una con la abuela, así que fue la torta de cumpleaños ideal! Igual, me quede con un poco de culpa, por lo que decidí hacer la horneada de fin de semana san valentineana en honor al cumpleañero, aunque todavía no los probó (no se los lleve!)...


Hacía bastante que quería probar los whoopie pies. Unas tortitas en forma de sandwichitos, con relleno contrastante.


Dice una leyenda urbana que al principio las amas de casa los «inventaron» con el objetivo de no desperdiciar los restos de pasta para torta y de relleno que no entraban en la tortera, en la época de la Gran Depresión.
Entonces los empezaron a poner en las loncheras de los maridos e hijos, y cuando estos abrían el paquete y veían semejante postre exclamaban: whoopie!


Más allá de las historias, lo cierto es que parece que están circulando desde fines de los 20, y yo los vengo a descubrir recién ahora! Son esponjosos como un biszcochuelo, y se lo puede rellenar con cualquier cosa: el clásico americano es un relleno en base a manteca y queso crema, una crema de manteca de queso.


A falta de torta de cumpleaños para mi hermano mayor, decidí hacerlos con una de sus combinaciones preferidas: chocolate y limón.
Y aprovechando que se acercaba San Valentín, también los hice en la versión corazón, para que el blog esté a tono con todos los demás. A estos los rellené con relleno de chocotorta, ya que el de limón me quedó un poco blando y no se mantenía en los corazones.


Quiero aprovechar esta entrada para participar del HEMC #51, lo tenía agendado, pero se me pasó!
El anfitrión de este mes es Manuel, y el tema: San Valentín, como no podía ser de otra forma.

hemc 51 - San Valentín

miércoles, 9 de febrero de 2011

brownie, dulce de leche y merengue

Esta torta ya es un clásico entre los porteños. Es una de esas recetas que traen recuerdos, pero recuerdos actuales: la vidriera de una confitería, innumerables cumpleaños, mesas dulces...


Pero definitivamente no nos va a traer recuerdos de abuelas cocinando, o de mamás preparándonos las fiestas para el jardín. Es que antes de la era shopping, allá por los fines de los 80 principios de los 90, no eramos tan «copiones», ni nos hacíamos tanto eco de celcebraciones ajenas... (pronto vamos a festejar hasta Thanksgiving!, sin ton ni son).


La globalización nos trajo las pascuas en pastel (primaveral), octubre anaranjado por halloween, primero los muffins, después los cupcakes, las decoraciones copetudas de crema de manteca, la desesperación por el cheesecake, las cookies (mis preferidas!), y por sobre todo, una de las primeras y mejores copias, el brownie!
Y por suerte que a alguien se le ocurrio copiar el brownie! Y mezclarlo con «el» ingrediente de una torta argentina: el dulce de leche.
Esta torta BDM es una de las preferidas de mi amiga C., y siempre me pide una para su cumple. Este año no fue la excepción.


En una época también se me dió por llamarla torta maxi, en honor al fan número 1, y realmente todavía no encuentro cual sería el nombre ideal. Algunos la llaman marquise, pero la base es un brownie, así que de marquise no tiene nada, otros torta bombón, otros bomba... Por ahora me quedo con BDM, ya que son los ingredientes principales.
A veces puede ser complicado llamarla torta brownie, ya que a pesar de los intentos, no todos los comercios argentinos pueden encontrarle el punto al brownie, sin transformarlo en bizcochuelo o budín. Por eso, el principal consejo que les puedo dar a la hora de hacer un brownie es: no cocinarlo de más! tiene que quedar blandito en el centro; cuando se lo pincha, el cuchillito tiene que salir sucio, y no limpito como un bizcochuelo.
Eso es más importante que la receta, ya que recetas de brownies hay muchas, pero todas se tornan budín si se cocinan de más.

lunes, 7 de febrero de 2011

galletitas bicolor - segunda parte

Cuando preparé esta receta me dí cuenta que rendía un montón. Por eso, en la primer hornaeada decidí dejar una partecita de cada masa reservada en el freezer para otro momento, sobre todo para aprovecharla con C.A.I., que a fin de enero estaba de vacaciones.


Este viernes, después de una tarde de pileta, decidimos descongelar la masa y preparar las galletitas.
Al final, entre juegos y paseos, la cocina quedó relegada hasta el sábado, y las aprovechamos para el desayuno.


Cambiamos el relleno y la forma: alfajorcitos/florcitas rellenas de dulce de leche. Mmmmm que ricas!!!

domingo, 30 de enero de 2011

cookie carnival enero 2011 - galletitas bicolor

Enero fue un mes bastante productivo... sobre todo viendo que llegue a los 10 posts! Un record para el segundo año.


A pesar del calor, prendí un par de veces el horno, y otras tantas fueron posts sobre cosas relacionadas a la cocina y alrededores (ya sé! es el nombre de un blog!)... excepto Nemo, but that's life!
Aproveché también dos recetas de retos: la torta que me sirvió como torta de cumpleaños, y la receta del cookie carnival, que parecía espectacular, y no me defraudo: unas galletitas simples pero imperdibles.


Además, se pueden hacer varias formas, incluso alfajorcitos. En este caso opté por las rellenas con ventanita, inspiradas en tantas buenas fotos de diferentes blogs.
La receta es similar a las galletitas de manteca que suelo hacer para decorar, pero hay una diferencia en la cantidad de harina; creo que eso es lo que las hace tanto más suaves y adultas, además del relleno. Esa diferencia de harina también las hace un poco más complicadas de trabajar, ya que la masa es muy tierna; pero bien fría y con la superficie bien enharinada vale la pena probarlas!


Además quedan tan lindas combinando colores... casi un juego de damas con el mantelito vintage que hizo de tablero. No puedo precisar cuantos años tiene ese mantel, pero sí se que a principio de los 80 ya era viejo, y yo no iba a ningún pic nic del colegio sin él y mi jugo de manzana verde Cipolletti en envase metálico... una antigüedad, sobre todo considerando que no existe más.

Dejando la nostalgia de lado, acá está la receta de unas galletitas que vale la pena agendar.