Hay dos postres que en alguna que otra visita a NY no puedo dejar de comer.
Uno es brownie tibio con helado, no importa donde, siempre y cuando pueda ranquearlo! A la fecha, y si la memoria no me falla, el ganador es el del
Cupping Room Cafe, aunque he probado muchos más! En Buenos Aires prefiero cambiarlo por el volcán de chocolate con helado... el brownie siempre me decepcionó...
Y, como buena viajera sudamericana, multiplicando todo por 3 (ahora sería por 4!), caminando por la calle y con pocos dólares en el bolsillo, que mejor que una cookie bien «chewy» o gomosa en criollo, con muchos chips de chocolate, como la segunda opción!
Desde hace años que pruebo recetas, desde la más tradicional, que viene atrás de los paquetes de los chips más comunes en Estados Unidos,
Nestlé Toll House, hasta probar varias versiones de un
libro que compré hace mucho, con muchísimas recetas, resultado de un concurso para encontrar la mejor cookie: The search for the perfect chocolate chip cookie.
Según varios entendidos en la materia, las cookies se dividen en dos grandes grupos: las chewy y las crispy... a mi siempre me gustaron las blanditas, que siempre parecen caseras; las sequitas y crocantes me hacen acordar a las de paquete...
Ahora, con internet y tantas recetas y comentarios a mano, encontré «el» tip para que mis cookies se aproximen a las que me gustan! Además de usar una receta que diga que es para cookies chewy, una cosa muy importante es enfriar la masa una vez mezclada, después armar las bolitas bien separadas (yo uso una cucharita de helado chica para que tengan todas el mismo tamaño), y volver a enfríar la placa con las bolitas. Recien ahí hornear, y aunque parezcan crudas en el centro, apenas se doren los bordecitos, retirar y esperar a que se enfrien para despegar del papel.
Las últimas que hice fueron las que encontré en este
blog, agregándole el tema del enfriado pre cocción.
Y sólo el hecho de mirar las fotos y recordar el rico olor que deja cocinar cookies, me dan ganas de hacer más!
