Hace mucho tiempo que quería probar la masa madre. Además de ser más natural que la levadura, le aporta a los preparados otras características, como más acidez, exterior más crocante, miga más aireada y compacta a la vez, y también se conserva mejor el pan ya hecho.
Leí bastante en blogs, y finalmente me decidí por la masa madre de Hilmar, de
Mis recetas favoritas y algunos consejos de Donna, de
Cookistry.
No se si el frío de esos días (estaba haciendo un promedio de 14°C, y no había un lugar muy cálido donde dejarla pasar la noche más que arriba de la heladera), o que requiere de mucha práctica, pero mi masa madre, a pesar de que se la veía "moverse" y el olor empezaba a tener las características esperables, no burbujeó lo suficiente.
Y los panes que hice tampoco. Levaron, y estaban ricos, pero esperaba más.
Igual, creo que por ser la primera vez y haberme basado en una receta que no era con masa madre, salieron buenísimos! Para hacer el cambio de levadura por masa madre usé la regla de 20%, que encontré muy bien explicada
acá.
Tengo masa madre en la heladera, y justo el otro día leí unos consejos buenísimos en
Bloc de recetas, de Salomé. Así que apenas los días de calor se instalen, voy a volver a probar... con alguna receta con masa madre en las indicaciones.
Mientras, amasar estuvo muy divertido, así que estos pancitos los voy a volver a probar con la receta original.