Hoy vengo un poco a desilusionar a los puristas, con mi teoría acerca de la pastafrola, tan preciada en las rondas de mate de los fines de semana (pre coronavirus), ideal para cumplir con la premisa de las abuelas de "no vayas con las manos vacías", cuando de invitación se trataba.
Y ahora que lo pienso, esta preparación viene de Italia. Muchas de nuestras abuelas o bisabuelas también. Así que ahí encontré un nuevo vínculo entre la tan preciada pastafrola y sus raíces italianas.
La pasta frolla es la base de infinidad de preparaciones. Es la masa (pasta) frolla (sablée) no es más que eso, la masa ideal para cualquier relleno, inclusive para masitas, alfajorcitos e infinidad de dulces deliciosos.
Volviendo a la pastafrola, según wikipedia, es una preparación Griega. Una tarta con la base sablée, rellena con diferentes dulces y mermeladas.
La versión italiana, de donde proviene nuestra pastafrola, es la crostata: masa frolla en la base, relleno dulce, masa frolla en el enrejado superior. La crostata más clásica es de crema pastelera, pasando por la ricota, diferentes dulces, hasta modernizarla y transformar en clásico el relleno de nutella.
Dicho todo esto, y viendo que nuestras abuelas no inventaron nada, solo reformularon un clásico de su tierra para compartirlo en su nuevo hogar, doy por terminada la discusión eterna del relleno único para que una crostata sea una pastafrola.
Sea que digamos que es una tarta griega, o sea que se basa en la pasta frolla italiana, el relleno de membrillo lo agregamos nosotros, muchos años después de su "invención".
Ahora sí, les dejo esta receta muy buena de base, blandita y mantecosa, para que preparen su pastafrola ideal.
La mía, rellena de dulce de leche! Un manjar!
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