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sábado, 10 de abril de 2021

mini brookies: brownie y cookie todo en uno

Esta receta es casi como el paraíso. Por lo menos si son como yo: fanáticos de los brownies y las cookies, e indecisos a la hora de optar por uno de los dos.
Hace muchos muchos años, me inspiré para hacer esta maravilla en una de las preparaciones clásicas de los por entonces pasteleros de moda newyorquinos. 

mini brookies - brownie + cookie

En la primera década del siglo las tendencias no volaban como ahora. Habían pasado 10 años, y el último grito de la moda seguían siendo los cupcakes de Magnolia Bakery, inmortalizados por Sex and the City en el 2000.
Ese era el caso de los chicos de Baked: pastelería en Brooklyn, libros, y línea de productos en Williams Sonoma.
Uno de sus productos estrella, tanto en la pastelería como en los preparados de cajita, eran los brooksters: un "muffin" mitad brownie y mitad cookie.

brownie y cookie en un solo bocado, deliciosos brookies

Con mis dos recetas preferidas para cada una de estas preparaciones, los hice en mini muffineras, y de ahí en más, no los preparé de otra forma. El tamaño perfecto para este bocado celestial.
Además es el tamaño perfecto para controlar ambas cocciones: si el brownie se pasa, nos queda un budín; si la cookie se pasa, nos queda como de paquete.
Así, pequeñitos, podemos lograr que ambas preparaciones se cocinen lo justo y necesario. 

el dulce perfecto: brownie y cookie

Inspirada por esta maravillosa receta, hice este reel, que se hizo viral en menos de una semana, llegando a 1.7 millones de visualizaciones, pero no aportando nada de nada al resto de mi instagram


Mi teoría ahí se comprobó más aún: mi cuenta de instagram es un extraño experimento, que no sigue las reglas que supuestamente la hacen funcionar/crecer. Lo cual me está convenciendo cada vez más de volver al blog, sentarme a escribir una entrada, y dejar inmortalizadas mis recetas en mi recetario virtual.

Receta publicada originalmente el 28 de mayo de 2012.

 

lunes, 19 de diciembre de 2011

cookies con avena | film & food diciembre 2011

Como no me alcanzó con el cookie swap, me anoté en dos más: el del reto de film & food, basado en el libro "Recetas y confidencias", y uno por el 3 meses aniversario de Le monde esthétique.


El reto de film & food tenía dos variantes: intercambio de galletitas o intercambio de recetas. Como éramos dos las argentinas que queríamos intercambiar galletitas, pudimos participar. Esta vez, tenían que ir por correo hasta Córdoba, así que tenían que ser más resistentes y embalables.


Hacia Córdoba salió mi paquete el viernes, doble caja, bollos de papel, papel con globitos, y galletitas bien envueltas y bien compactas en la caja, para que no se sacudieran. Ya me contará Claudia, de A punto nieve, si le llegaron o no enteras...


La otra cajita partió para Belgrano, a la casa de Verónica.
Ya les contaré de mis dos regalos cuando los reciba.

Paquete 1, para el swap con Claudia.

Estas galletitas son super fáciles, y aprovechando los confites de colores navideños, quedan bien festivas!
Las hicimos por primera vez en el jardín, un día que me invitaron a cocinar con los 12 detectives, y fueron un éxito! Además, todos los chicos ayudaron y se divirtieron un montón. Se las recomiendo si les gusta cocinar con niños pequeños.

Paquete 2, para el swap con Verónica.

viernes, 30 de septiembre de 2011

rosquitas de las tías | film & food septiembre 2011

Casi con un pie en octubre, llego justito para publicar el reto retro... no me equivoqué de letras... este mes se vino de recuerdos.
Cuando primero leí la peli que propusieron las chicas pensé: este mes no participo. Hook no me dijo nunca nada, será que la agarre de grande, y que además, Robin Williams después de La Sociedad de los Poetas Muertos y Pescador de ilusiones me resultó un bobo total. Pero en el fondo la receta no tenía que ver con la película, si no con una receta que nos transportara a la infancia.


Y buscando entre papeles, papelitos y papeluchos para encontrar la receta de negritos para Blanca Cotta, encontré una anotación de hace mil años. Una receta que me costó, tuve que prácticamente suplicarla. Una receta top secret, pero que nunca falta en las reuniones familiares. Kilos y más kilos de rosquitas (ahora que las hice entiendo porque siempre las bandejas son tan abundantes!).


Creo que igual, el día que conseguí que me pasaran la receta, me ocultaron información. Como antes las recetas de todos los días se hacían "a ojo", las tías nunca tuvieron las cantidades exactas... y en el papelito en cuestión definitivamente no están exactas... Llegué a la conclusión de que: a) realmente la hacen a ojo o b) en donde anoté taza debería haber anotado pocillo, me acuerdo que mi abuela tenía muchas recetas "a ojo" (la pizza entre ellas) con pocillo como medida y no taza de 250cc.

Salen las dos latas llenas que ven acá, y dos latas más!
Pero decidí dejar la masa en la heladera y seguir otro día!

Por lo tanto, terminé haciendo la receta "a ojo" yo también, y salieron perfectas!
Apenas las puse en el horno, la cocina se perfumó con el aroma de los paquetes con que las tías llegan a la casa del abuelo... y una vez fuera del horno me dejaron bastante conforme.
Ahora me toca llevarle una bandeja a el abuelo y otra a las tías para que me den su veredicto!



viernes, 29 de julio de 2011

mac and cheese | film & food julio 2011

Este mes, las chicas de Film & Food propusieron como película e inspiración Bon appétit.
En el film en cuestión, hay una escena donde se hace una comida con lo que hay en la cocina en ese momento.


Entonces ellas decidieron retarnos a cocinar con lo que había en sus cocinas. La lista era muy breve, pero no me sorprendió para nada tener que cocinar algo con los pocos ingredientes que hay en casa... mi heladera esta siempre vacía, y mi alacena se compone básicamente por fideos y arroz.


Así que pensar en que hacer con media sandia, un durazno, un poco de queso, un poco de leche, 1 pechuga, 1 huevo, un poco de lechuga, 3 papas, 1 cebolla, 1 diente de ajo, un poco de fideos, manteca, harina, azúcar, aceite y sal era más inspirador que lo que suelo hacer, ya que ésta lista es mucho más larga que la que generalmente hay en mi casa.


Se me ocurrieron varias recetas que suelo hacer: huevo pasado por agua, papas fritas a caballo, omelette de queso, fideos con manteca, muffins con alguna fruta más invernal (las frutas que ellas tenían en la heladera eran de verano, y yo tenía que adaptarlas), etc., etc., etc.
Había una receta que hacía rato tenía ganas de preparar, un poco más elaborada que mis prácticos fideos con manteca, y muy rica. Me acuerdo que en las vacaciones los pedí en Brinkley's, por sugerencia de la moza, y tenía razón, una delicia.


Aprovechando que los ingredientes propuestos eran más y alcanzaban perfectamente para este plato, compré lo que me faltaba, y finalmente lo hice.
Me encantó, es un poco más sucio que mis pobres fideitos, pero en algún momento la volveré a hacer.

miércoles, 29 de junio de 2011

pollo ladoregano | reto film & food junio 2011

Este mes la película elegida por las chicas de Film & Food fue Mi gran casamiento griego, una comedia que se llevó todos los aplausos frente a la baja calidad de los últimos tiempos de la típica chick flick.

Más recuerdos: quiero esta bandeja desde que tengo memoria.
Contuvo durante años las facturas de largos domingos de mate en lo de mi abuela.
Ahora, sin facturas y sin domingos de mate, es mía.
Y pensar en comida griega me hace pensar en restaurante griego, lleno de grandes mesas, con mucha comida, bullicio y comensales. Tal cual pasa en la película.


Para mí, el restaurante griego por excelencia es Greek Island Taverna, un lugar al que solíamos ir cuando frecuentábamos las playas de Fort Lauderdale.

Aproveche para estrenar uno de los tantos regalos de Pollen Design: el pelapapa y cuchillo Prepara.

Y de ese lugar recuerdo un plato exquisito, que después de mucho googlear y combinar recetas, creo que me salió tal cual lo recuerdo... o quizás no, pero estaba tan rico que creo que va a ser una receta a adoptar.


Armada de la receta, busqué los mejores ingredientes que podía conseguir cerca de casa. Al ser tan pocos y tan básicos, lo importante era conseguir buen sabor con buenos productos. Así que fui a visitar a las chicas de Kler, especias y condimentos. Allí compré sal marina, orégano y aceite de oliva.
El pollo lo compré en lo de mi amigo de la Granja San Benito, pollos orgánicos. Más de 40 años en el barrio.
Papas y limón, en la verdulería de enfrente.